No hace falta explicar, a estas alturas, de qué va una carta virtual (o digital, a gusto de cada cual). Todo el mundo lo sabe o como mínimo tiene una idea. Sí, cierto, eso es. Se trata de que los clientes no tengan necesidad de tocar una carta física. Y eso les separa un poco más de ser afectados por el tan nombrado Coronavirus, Covid-19 o “maldito bicho”. Un código QR o un enlace URL y ya está, la carta se despliega con todos los detalles que sean necesarios.
También muchos establecimientos se han reconstruido y preparado para poder entregar pedidos mediante recogida en el establecimiento o entrega en el domicilio.
¿Y qué hemos hecho nosotros? Pues lo que era de cajón: aunar ambos sistemas, segmentarlos, prepararlos y confeccionarlos para que cada negocio lo use según lo vea más adecuado y mejor.
Hay diferentes opciones, muchas, por lo cual dudamos que ninguna de ellas encajen en lo que necesitan.
Pero siempre estamos abiertos a ideas, sugerencias y propuestas.